lunes, 13 de octubre de 2008





Afuera en la ciudad

la tarde espesa,
el tiempo transcurre
cuadro a cuadro.
El débil viento circulante
avanza apenas
y la torpe llovizna
mancha todo a manotazos
de tedios
gris escalonado.

Contra el atardecer opaco
se azota mi desidia,
su grito perezoso
se diluye,
las letras, antes refugio,
hoy se apartan
y salen a la calle
a buscar
en los faroles apagados
algún síntoma
de vida.

1 comentario:

alexander dijo...

hola amigo buenisimo el trabajo aka te dejo mis saludos y estas en mis link siaaaaaaaaaaaaaaa




suerte alexander